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Gestión de Límites en el Auto-cuidado de la Diabetes

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Quienes vivimos con diabetes y queremos alcanzar salud y bienestar; o también quienes viven sin diabetes pero que igual desean cuidar su salud, deben tomar decisiones conscientes respecto a su alimentación, mismas que en ocasiones son cuestionadas por otros. Hablando concretamente de la normoglucemia (es decir, tener niveles normales de glucosa en sangre, por debajo de 100 mg/dL), ésta es fundamental para tener una buena salud metabólica; para toda la gente pero especialmente para quienes vivimos con diabetes. Simplemente no es cierto que podamos comer “de todo” y tener óptima salud.

Y la realidad es que para alcanzar esta normoglucemia, tendremos que remar a contracorriente de cómo se alimenta gran parte de la sociedad moderna, y tendremos que tomar decisiones constantes que vamos integrando para gestionar nuestra glucemia e insulina y que a los demás puede sorprender, o hacer prácticamente lo contrario a lo que recomienda la mayoría de profesionales y asociaciones de salud: deberemos comer más grasas saturadas, no basar la alimentación en carbohidratos sino en grasas y proteínas de calidad, y abandonar los cereales, azúcares y comestibles procesados. Estas decisiones conscientes, que traerán mejorías tan notables en nuestra salud; también nos pondrán – para bien y para mal – en contraposición a cómo se alimenta el 95% de la sociedad moderna. Gente que quizá cuestionará y juzgará, a pesar de que ellos mismos quizá viven con problemas de salud relacionados a su alimentación (y que ni tan siquiera se dan cuenta de la relación con la alimentación).

Esto puede traer a menudo dificultades sociales como las que me cuentan muchas de las personas que acompaño en mis programas: desde el cuestionamiento bien o mal intencionado, el juicio o rechazo a lo que estamos haciendo, que nos digan que “estamos mal” o que “toda la vida se ha comido esto”, o gente que se ofende porque no queremos comer tal o cual cosa, o sentir vergüenza porque creemos que “siempre tenemos que explicar el por qué”.

En mis programas, tomo en cuenta todos estos factores para acompañar a la gente de forma integral; sabiendo que el aspecto emocional, social y psicológico es parte muy importante de esta travesía. Por ello en mis sesiones grupales hablamos de estos temas y otros similares, que en un ambiente relajado y respetuoso te ayudan a sentirte acompañado para enfrentar cualquier situación en tu vida con diabetes y ser coherente con tu salud, tomando en cuenta también nuestro contexto social. Ya que a fin de cuentas vivimos en este contexto social y no podemos “escapar” de él, somos seres que siempre existen dentro de un contexto y un círculo determinado de personas. Por lo tanto, gestionar nuestros límites desde un lugar de auto-respeto, amor propio y empatía consciente, será igual de importante que la alimentación en sí misma. ¡Y sé que no siempre es fácil!

Estas dificultades pueden ser especialmente agudas con la familia, o en eventos sociales donde se ha vuelto la norma hincharse de azúcares y comestibles chatarra: pasteles, bollería, galletas, dulces… Incluso ciertas actividades se relacionan con alguna comida chatarra en concreto: ir al cine se asocia con “palomitas de maíz”, eventos deportivos con “snacks” y tentempiés procesados… Momentos que nuevamente pueden traer un cuestionamiento, juicio o rechazo por parte de los demás, por negarnos a participar del atracón. Más bien convendría preguntarnos todos, ¿por qué hemos convertido el concepto de “celebración” en sinónimo de “atracón de chatarra y procesados”?… Nos enseñan esta conexión desde que somos muy pequeños, ¡y la salud pública está pagando un precio por ello!

Para poder gestionar exitosamente nuestros propios límites, y vivir conscientemente las decisiones que hemos tomado para estar en salud, hay cosas que pueden ayudarnos:

Tener muy claro el amor propio y el respeto a mí mismo(a). Saber que las decisiones que estamos tomando respecto a nuestra alimentación, vienen del aprendizaje que hemos tenido, y a su vez este aprendizaje está fundamentado en un lugar de amor propio; de saber que por respeto y amor propio vale la pena cuidar de mi salud. Mi salud y bienestar son prioridad.

Las explicaciones sólo me las debo a mí mismo. Algunas veces sucede que nosotros mismos nos “enrollamos” en dar explicaciones que quizá ni nos han pedido. Tal vez por vergüenza, o porque aún no hemos trabajado cómo establecer nuestros límites con firmeza y con seguridad en nosotros mismos; empezamos a explicar “es que no como tal cosa, porque…”, o cosas como “disculpa que no coja galletas porque…”  o “perdona, que tengo que mirarme la glucemia y pincharme…” Y quizá la otra persona ni siquiera lo había notado, o ni siquiera nos preguntó por qué no quisimos una porción de algún alimento en concreto o tal vez tampoco le interesa conocernos e intimar con nuestra vida. Si bien hay muchas ocasiones en que sí existe este cuestionamiento o juicio, a veces nosotros mismos nos adelantamos a dar explicaciones enrolladas; por cosas que la gente ni siquiera se dio cuenta si comemos o no, o probablemente ni mostrarán interés en saberlo.

Auto-conocimiento: En la diabetes, condiciones autoinumes como la diabetes tipo 1 está claro que necesitamos ayuda de los demás para gestionarlo mejor, así que nos tendrías que preguntar: ¿qué necesito? ¿Qué puedo aprender a pedir a los demás, para que me ayuden a cuidar mi salud? ¿Qué cosas me gustan y me sientan bien, no sólo en cuanto a comida sino todos mis demás hábitos (autogestión de glucemia e insulina, sueño, ejercicio, manejo del estrés)?

Comunicación y respeto. Cuando estoy intentando hacer cambios en mi alimentación y aparece algún cuestionamiento, juicio o rechazo; es importante saber comunicar mis necesidades – incluyendo las emocionales –, dando sólo las explicaciones que yo quiera dar. Por ejemplo, al sacar el medidor de glucosa, lector o móvil para mirar la glucemia en el sensor, o la insulina para ponértela, o tomarte alguna medicación, puedo decir algo como “ahora estoy gestionando mi glucemia y medicación para cuidar mi salud, y necesito centrarme” si te parece bien después te explico lo que quieras saber sobre mi condición de diabetes, Otro ejemplo de respuesta es “estoy probando a hacer estos cambios en mi alimentación para cuidar de mi salud. Te agradeceré que me apoyes, y no que me lo hagas más difícil, por favor”. Pedir lo que quiero y necesito, desde el auto-respeto y la empatía, muchas veces basta para que los demás lo entiendan.

¿Qué heridas podría haber en mí?… Si el juicio o cuestionamiento de los demás me resultan dolorosos, ¿de dónde viene realmente ese dolor?… Quizá son heridas de abandono, miedos al rechazo que cargamos desde muy pequeños, o traumas que debemos aprender a reinterpretar y manejar. Si los comentarios ignorantes o llenos de juicio me afectan, ¿por qué sucede?…

Si otros se ofenden por mis decisiones, es algo que viene de sus propias heridas y no tiene qué ver conmigo. En situaciones familiares a veces se dan casos así – y esto sucede aún más en las culturas de familia extendida; donde son comunes las fiestas asociadas a atracones de comidas y azúcares, además de que ofrecer estas comidas a los otros está interpretado como una forma de demostrar cariño, un regalo, etc. Por ejemplo que en un cumpleaños nos regalen chocolates, o que en una celebración nos ofrezcan porciones de tartas y pasteles, platillos basados en cereales… Quizá sentimos miedo a ofender a otras personas si rechazamos estos comestibles; o quizá terminamos comiéndolos porque no sabemos cómo poner estos límites sin temor a un rechazo. Sin embargo, ¿vale la pena dañar mi salud, causarme una hiperglucemia por horars (y después tal vez una hipoglucemia) o echar a perder mi digestión, simplemente para que otro “no se ofenda”?

Aceptar que existirán algunos “opinólogos”, que creen ser expertos en alimentación y diabetes. Muchos nos sentimos más cómodos si mantenemos una condición como la diabetes como algo privado, que no tenemos por qué compartir ni explicar. En otras ocasiones, pensamos que podría valer la pena dar explicaciones relacionadas a la diabetes, pensando que quizá así la gente “no se meterá” con nuestras decisiones. Y a veces esto es un error, pues la gente opina y juzga aún más que si hubiésemos dicho algo simplista como “estoy a dieta o no me sienta bien”. Y dado que la diabetes (sobre todo tipo 2) es hoy en día una condición muy común, aparecen entonces los “expertos” y “opinólogos” que dicen cosas desde la ignorancia o la inexperiencia, quizá cosas como “pues yo sé que en la diabetes sí debes comer carbohidratos”, o “pues mi tía también tiene diabetes y sí come arroz”… Nuevamente, nos toca a nosotros decidir hasta dónde queremos explicar, y saber ignorar los comentarios que quizá vienen del ego, y que ni siquiera tienen la intención de entender o de ayudar.

Empatía conmigo mismo y con los demás. Es importante que yo aprenda a pedir empatía, así como también ofrecerla. Lo que yo decida comer es mi decisión, que debería ser respetada y aceptada sin problemas. De la misma manera, yo puedo tener empatía con quienes deciden comer grandes cantidades de procesados y carbohidratos y no se interesan por su propia saud (y saber que, yo tampoco me ofendo porque no estemos de acuerdo, como comenté antes, no les debo más explicaciones).

Si una persona o una relación está volviéndose tóxica, saber gestionar límites aún más firmemente. Si una relación está comenzando a afectar mi bienestar, mis niveles de energía o mi estado de ánimo en relación a mis decisiones con la alimentación, debemos aprender a establecer estos límites firmes en la gestión de nuestros hábitos. Esto no necesariamente implica cortar toda relación con esa persona, pero sí el saber ponernos a una distancia emocional en donde no nos afecte. Y si esto no es posible, saber pedir ayuda, quizá de un profesional psicológico o  psicoterapia.

Mantener mi autonomía: saber que sólo yo puedo adueñarme de mi salud y de mi aprendizaje, ser el dueño de mi diabetes y volverme entonces capaz de gestionar mi salud y bienestar. Soy capitán de mi barco, responsable y no una víctima de las circunstancias. Y si decido hacer excepciones, ser consciente de las consecuencias y de cómo gestionarlas.

¿Cómo es mi diálogo interno?… ¿Es positivo y empoderado? ¿O me compadezco de mí mismo todo el tiempo, por vivir con diabetes, o porque mi familia no entiende mis decisiones, o porque en las fiestas me preguntan por qué no como azúcar?… Esto se relaciona al punto anterior sobre autonomía, y saber practicar poco a poco la puesta de límites firmes, desde un lugar de respeto y empatía. Porque mi salud importa más que las opiniones ajenas.

Acércate a un profesional sanitario coherente, que también lo viva y que pueda acompañarte de igual a igual.

Mi experiencia y mis programas:

Soy Rosy Yáñez, soy Nutricionista con Doctorado, experta en Nutrición y Metabolismo, Diabetes, Alimentación Low-carb, medicación efectiva y ayuno intermitente.

Si quieres evitar o prevenir tener diabetes tipo 2, mejorar tu composición corporal tengas o no diabetes tipo 2, o si eres padre o madre de niños o adolescentes con diabetes o eres adulto con diabetes tipo 1 o tipo LADA y quieres seguir aprendiendo sobre el control adecuado de los niveles de glucosa en sangre, te invito a:

Mirar mis Programas de Acompañamiento de 5 ó 6 semanas AQUÍ que comienzan el 31 de mayo: https://diabetesbien.com/go/

Si tienes duda si este programa es para ti, Pídeme una sesión gratuita AQUÍ y hablamos: https://bit.ly/2HSj8iy

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