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¿Necesitamos comer glucosa o carbohidratos para sobrevivir?

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Si tú eres una persona que vive con diabetes, sin duda la palabra “glucosa” es una que escuchas muy a menudo y que ocupa un lugar importante en tu vida y tu salud. Ya que la manera de evitar complicaciones diabéticas, y de mantener una excelente salud y calidad de vida, es aprender a normalizar los niveles de glucosa en tu sangre.

Ante todo: ¿qué es la glucosa?

La glucosa es un azúcar simple, que se encuentra naturalmente en alimentos como las frutas, los cereales y granos, y en mucha menor medida, algunas verduras. La glucosa es una fuente de energía para nuestro cuerpo. Todos nuestros órganos requieren energía para funcionar, ¡especialmente el cerebro!, mismo que necesita constantemente energía, llegando a representar hasta el 20% del gasto energético de nuestro organismo. El cuerpo puede obtener energía de dos fuentes principales: glucosa y cetonas. La mayoría de las personas hoy en día, en casi todo el mundo, típicamente llevan una alimentación alta en carbohidratos (pan, pastas, cereales, etc.) y por lo tanto, para ellos la glucosa está siendo su principal fuente de energía.

El problema es que nuestro cuerpo sólo puede tolerar un cierto nivel de glucosa en la sangre, pues la glucosa en exceso es tóxica y causa múltiples problemas a nuestro cuerpo. Tener crónicamente niveles altos de glucosa en sangre causa muchísimas complicaciones, y especialmente a quienes viven con diabetes. El rango normal y saludable de glucosa en sangre, es de aproximadamente entre 71 a 99 mg/dL. Un dato interesante, es que en nuestra sangre solo hay aproximadamente 5 gramos de glucosa de forma constante, si se excede esta cantidad constantemente, se tiene que eliminar esa toxicidad, de hecho con esa hiperglucemia muchos de nuestros órganos pueden comenzar tener daños y problemas irreversibles (riñones, ojos, corazón, cerebro, extremidades, etc). Es por eso que para vivir necesitamos de la insulina; la sustancia encargada de “sacar” la glucosa de la sangre y aprovecharla en las células, regulando así la cantidad de glucosa en sangre, sin embargo, nuestro cuerpo no puede almacenar glucosa sin límite en las células, es por eso que comer un exceso de glucosa se puede traducir en aumento de grasa corporal (adipogénesis) y obesidad. Dicho esto,  la importancia de cuadrar y encajar estos factores básicos para que se pueda dar este equilibrio: alimentación baja en hidratos, aprendizaje en el uso coherente de insulinas y normalidad glucémica.

Diabetes y glucosa.

Cuando una persona tiene Diabetes Tipo 1 (diabetes mellitus o DM), el páncreas no produce insulina, con lo cual consumir una dieta tradicional alta en carbohidratos y en glucosa, traerá rápidamente problemas y complicaciones muy severas.

Hoy en día, la diabetes se está volviendo un serio problema de salud pública en muchos países, creciendo rápidamente los niveles de Diabetes Tipo 2, ocasionada por una resistencia a la insulina que comienza después de que la persona ha tenido por muchos años una alimentación poco saludable, muy alta en carbohidratos y azúcares.

Sin embargo, vivir en bienestar con DM es totalmente posible. Prácticamente todas las complicaciones llamadas “complicaciones diabéticas” son evitables si se lleva una alimentación adecuada y un control de la glucosa en sangre (para lograr que los niveles sean todo el tiempo normales, a esto le conocemos como normoglucemia). Por ello, más que llamarles “complicaciones diabéticas”, en realidad son complicaciones que sólo ocurren si no se lleva un adecuado control de la glucosa en sangre. La persona con diabetes que aprende sobre su propio cuerpo, y que lleva un estilo de vida saludable, comiendo comida real y baja en carbohidratos (regulando así fácilmente la glucosa en sangre), podrá evitar prácticamente la totalidad de estas complicaciones, llevando una vida sana y normal.

Mito: “es esencial ingerir glucosa en nuestra dieta, proveniente de carbohidratos”.

Hemos llegado a creer que los carbohidratos “son esenciales” en nuestra alimentación, y que forzosamente se deben incluir altas cantidades de glucosa proveniente del pan, pastas, cereales, frutas, azúcares, etc. Sin embargo, ya muchos estudios han demostrado que nuestro cuerpo y nuestro cerebro pueden perfectamente vivir sin carbohidratos y sin prácticamente ninguna ingesta de glucosa. Es difícil tener una “ingesta cero absoluta” de glucosa, ya que las verduras, frutos secos y algunos alimentos proteicos los contienen en cantidades pequeñas; sin embargo, con la glucosa proveniente de dichas verduras y otros alimentos reales es más que suficiente, y no necesitamos ingerirla de alimentos altos en carbohidratos desfavorables.

Cuando una persona que normalmente come carbohidratos, los reduce o cambia las fuentes de éstos, después de unas 24 a 48 horas su cuerpo comenzará la transición al uso de ácidos grasos para obtener energía. A partir de los ácidos grasos, se producen cetonas: tanto aquéllas que ingerimos en nuestros alimentos, como las grasas almacenadas en nuestras células corporales. Este proceso puede ayudar a perder el exceso de peso; y además, las cetonas pueden ser una fuente de energía saludable y sostenible. Obtener así nuestra energía incluso nos ayudará a tener mejor salud, menos hambre (pues la glucosa provoca más fuertemente la producción de las hormonas que nos hacen sentir hambrientos), y mejor funcionamiento cerebral.

Por otro lado, si bien nuestro cuerpo necesita glucosa para funcionar, no es necesario ingerirla de los alimentos: ¡nuestro propio cuerpo la puede fabricar utilizando las grasas y las proteínas para formar glucosa por neoglucogénesis… De ahí viene en parte esta confusión, pues si bien nuestro cuerpo necesita funcionar con glucosa, es más que suficiente la que obtenemos porque nuestro cuerpo la fabrica a partir de grasas y proteínas. Aunque los vegetales son recomendables por ser fuente de múltiples vitaminas y fitoquímicos.

Resulta que la glucosa no es la única fuente de energía posible para nuestro organismo. Esta fuente alternativa de energía para nuestro cuerpo y cerebro, las cetonas, se obtienen de las grasas y las proteínas de la comida real y natural y de la utilización de nuestro propio tejido corporal. Quienes llevan una alimentación baja en carbohidratos o lowcarb, estarán utilizando ácidos grasos y cetonas como principal fuente de energía. Pero nos preguntaremos: ¿eso es normal y saludable? ¿Funcionará bien mi cuerpo y mi cerebro si obtengo mi energía únicamente de las grasas y proteínas?… ¡Absolutamente sí!… De hecho, evolutivamente esto tiene mucho sentido, ya que nuestros ancestros cazadores y recolectores podían pasar muchas horas o hasta varios días sin encontrar alimento suficiente, y su cuerpo evolucionó adaptándose perfectamente bien a ello. Nuestros ancestros alternaban entre períodos de abundante comida y períodos sin casi nada de alimento – pero además, no consumieron nada de carbohidratos de los que conocemos actualmente durante miles de generaciones, antes de que apareciera la agricultura: ellos llevaban una dieta consistente sobre todo en carnes (proteínas y grasas animales), pescados, vegetales, algunos otros alimentos de origen animal como los huevos, y unas pocas frutas silvestres.

Mito: “los niños necesitan glucosa”. Realidad: Los niños necesitan aún menos glucosa que un adulto.

En el caso de los niños, ellos necesitan aún menos glucosa que un adulto, de acuerdo al ejemplo antes mencionado, así el consumo de glucosa les hace aún más daño; pues al ser más pequeño su cuerpo y con menor cantidad total de sangre, tendrían menos de 5 gramos de glucosa en toda su sangre de forma constante, de esta forma, la misma dosis de azúcares que a un adulto le subiría un poco los niveles de glucosa, se la subirá mucho más a un niño. Los niños, por encontrarse en proceso de desarrollo y crecimiento, con mayor razón necesitan alimentos saludables, reales y naturales.

Concluyendo:

La glucosa es solamente una de las posibles fuentes de energía de nuestro cuerpo, pero no es la única, y tampoco es indispensable consumirla, además puede causar problemas especialmente a quienes viven con DT. Una alimentación baja en carbohidratos, no solamente es posible sino que incluso nos mantiene en mucho mejor salud y bienestar.

 

Mi experiencia:

👩🏻‍💻 Soy Rosy Yáñez, nutricionista doctorada, especializada en diabetes y lowcarb, tengo 25 años viviendo con diabetes tipo 1. Tuve un embarazo saludable con una alimentación lowcarb, manteniendo niveles de HbA1c (4,4-5,3%), y tuve un parto vaginal e hija que nació sin complicaciones asociadas a la hiperglucemia (macrosomía, malformaciones, etc). No tengo complicaciones diabéticas. Si tienes diabetes tipo 1 o tipo 2 o estás en riesgo de diabetes, o si eres padre o madre de niños o adolescentes con diabetes y quieres aprender más sobre LOWCARB en diabetes junto con mi experiencia personal y profesional, te invito a que visites mi página: https://diabetesbien.com/servicios/

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