Le llamamos “dogma” a algo que se cree sin cuestionarse, sin detenernos a pensar si las premisas que sostienen dicha idea – y cualquier conclusión derivada de ella – en verdad son lógicas y tienen sentido. En el mundo de la salud y la nutrición, le llamamos “el dogma”, de manera un poco más específica, a las creencias que nos son impuestas desde los organismos oficiales que supuestamente deberían velar por nuestra salud: organismos de sanidad, asociaciones médicas, colegios de la profesión médica, directrices sanitarias, los sistemas hospitalarios, y muy especialmente las industrias farmacéuticas e industrias de alimentos, etc. Y si bien estos sistemas han tenido éxito en algunas cosas, por ejemplo, la atención a accidentes o a crisis agudas que requieran intervención urgente, en otros aspectos han hecho un daño terrible, restándonos vida y salud.
En el mundo de la diabetes, para quienes vivimos con esta condición y deseamos manejarla maximizando nuestra salud y bienestar, el dogma desgraciadamente ha hecho mucho más daño que en otras áreas. Contándonos una falsedad tras otra, nos ha restado calidad de vida, salud, años productivos y bienestar. Y nadie se atreve a contradecirlo, por eso precisamente se trata de un dogma: la gente que supuestamente debería estar mejor informada – profesionales sanitarios – simplemente repiten lo que aprendieron, aun si se trata de información obsoleta o directamente falsa, que causa mucho más daño que beneficio. Hablaré en general de este dogma, de cómo muchos médicos y sanitarios – por mucho que puedan tener buenas intenciones – transmiten ideas falsas y que infunden miedo, lejos de llevarnos al bienestar… y enumeraré algunas de las principales premisas de este dogma, que por nuestro bien debemos cuestionar para poder alcanzar normoglucemia y salud.
Cuando acompaño en mis programas a gente que vive con diabetes, prediabetes, padres de niños con diabetes o cualquier persona que desee prevenir diabetes; gran parte de dicho acompañamiento debe centrarse en la preparación, también a nivel psicológico, para enfrentarse una y otra vez a este dogma que les contará muchos mitos: el mito de que “necesitan comer carbohidratos para evitar la hipoglucemia”, o el mito de que ”no es posible tener normoglucemia si se vive con diabetes”, o que dicha condición es “incurable, irreversible e inevitable”. Todos ellos, mitos que la persona deberá enfrentar, cuestionar, y darse cuenta de su falsedad: ¡es posible tener normoglucemia, salud y óptimo bienestar por muchísimas décadas, aun viviendo con diabetes!…
Sin embargo, médicos y endocrinóogos muchas veces meten miedo; cuando un “paciente con diabetes” empieza a normalizar la glucemia le tratan casi como si estuviese haciendo algo malo. Por lo que la persona deberá prepararse emocionalmente también. Es probable que se encuentre endocrinólogos que le cuenten que, si tiene normalidad glucémica (es decir niveles de glucosa sanguínea entre 60 – 100 mg/dL), supuestamente podría sufrir “una hipoglucemia severa” y estar casi en riesgo de morir. Les cuentan que deberán tomar “quience o veinticinco raciones de carbohidratos por día, por tener diabetes” o que “deben comer cinco o seis veces al día, por tener diabetes”… ¡cosas absurdas y ellas sí extraordinariamente dañinas, siendo que la diabetes es una intolerancia a los carbohidratos!
Y es que todo esto también tiene aspectos emocionales y psicológicos: el acto de creer es uno muy poderoso, afecta de manera profunda nuestras vidas. Entre más fuerte sea la creencia que una persona posee, dicha creencia se convierte más y más en parte de su identidad: cuestionarla, desecharla, o descubrir que se trataba de una creencia equivocada puede suponer un fuerte golpe al ego y a la propia identidad, es por eso que mucha gente prefiere vivir en negación, o en lo que llamamos “disonancia cognitiva”; que es cuando la persona sostiene creencias contradictorias y conflictuadas unas con otras (por ejemplo, al mismo tiempo que sabemos que la glucosa elevada causa severos daños en diabetes, creer que “es necesario comer quience raciones diarias de carbohidrato”).
En el nuevo libro “Guía del Bulletproof Coffee”, los divulgadores científicos Carlos y Ricardo Stro hablan no solamente de dicho alimento (el llamado “café a prueba de balas” y por qué puede ser valioso en los ciclos de alimentación/ayuno), sino que comentan a fondo el dogma, las creencias no cuestionadas que nos dañan hoy en día, y por qué hoy resulta absurdo e imposible creer que los gobiernos, grandes empresas alimenticias (“big food”) y empresas farmacéuticas (“big pharma”) realmente “velen por nuestra salud”. Con mucha frecuencia; la mezcla de información obsoleta, falsedades, e incentivos económicos de mantener a la gente enferma y dependiente de fármacos, hacen que las directrices oficiales en salud o los sistemas de “cuidado” sanitario nos recomienden cosas contrarias a nuestro bienestar y diseño genético.
Mitos que nos cuenta el Dogma en diabetes vs. Realidad:
Mito (o situación actual del statu quo) | Realidad ( o lo que sería más adecuado hacer para nuestra salud) |
Enfocarse en un “tratamiento” que es muy inadecuado y que casi garantiza complicaciones graves | Una educación preventiva, integral, coherente con nuestra genética, que realmente controle y disminuya factores de riesgo |
Recomendaciones oficiales de la ADA, impulsadas por la desinformación y los intereses empresariales: aumentar carbohidratos y disminuir grasas. | Siendo que la diabetes es una intolerancia a los carbohidratos, mismos que son alimentos incoherentes con los genes de todos los humanos; y dado que las grasas reales son indispensables para la buena salud, ¡la recomendación debería ser todo lo contrario: menos carbohidratos y más grasas reales!… |
“La grasa es mala para la salud, en su lugar hay que comer carbohidratos”. Lo mismo más o menos se le dice al resto de la población, que debe supuestamente “evitar las grasas” | La ADA repite este mismo mito, incoherente con nuestra genética. En realidad, las grasas reales son nutrientes esenciales y coherentes con nuestra genética, mientras que los carbohidratos – del tipo que sea – no lo son |
Medicación como única manera de gestionar la condición de diabetes. | Educación y aprendizaje como verdadero tratamiento a la diabetes |
La diabetes no es reversible ni prevenible; sucede “por genética” | La diabetes tipo 2 es totalmente reversible y prevenible, gestionando nuestros hábitos y estilo de vida, fundamentalmente la alimentación, pero también otros factores – sueño, medicación, ejercicio, estrés, etc |
Si utilizas insulina es porque “ya estás en las últimas etapas de la diabetes” o que se trata de “una diabetes fuerte”. | He hablado antes de estos mitos: la insulina exógena, lejos de indicar que la diabetes “está complicándose o en fase terminal”, puede ser una excelente herramienta para la gestión de la diabetes tipo 2, además de que es fundamental y obligatoria en diabetes tipo 1. |
La dieta cetogénica está contraindicada o “no es adecuada” para la persona con diabetes. | La dieta cetogénica – una alimentación muy baja en carbohidratos – es no solo un estilo de alimentación sumamente efectivo para la gestión de la diabetes, sino que es sencillamente la manera más coherente de alimentarnos para nuestra genética humana, se viva con diabetes o no. |
Los carbohidratos “son necesarios”, y especialmente para personas con diabetes, a fin de “evitar crisis de hipoglucemia”. | Los carbohidratos son comestibles incoherentes con nuestra genética y no es necesario consumirlos. Si además se vive con diabetes, dicha condición es una intolerancia a los carbohidratos, por lo que causan aún más daño: si nuestra alimentación es alta en hidratos, constantemente elevamos la glucemia sanguínea, viviendo en hiperglucemia crónica, que es lo que en verdad causa las complicaciones diabéticas. |
Los niños “necesitan carbohidratos para crecer y desarrollarse”. | Los carbohidratos no son indispensables para nadie, y menos aún para los niños. Todavía menos si se trata de niños que viven con diabetes: al contrario, el elevar constantemente su glucosa sanguínea les afecta aún más, pues su cuerpo es más pequeño y tiene menor cantidad de sangre: es más bajo el umbral en cuanto a cantidad de azúcar que les causará fuertes daños. |
Y explicaré más a detalle:
La educación como tratamiento.
He sostenido por mucho tiempo que el verdadero tratamiento para la diabetes es la educación y aprendizaje. Aquí está el comienzo de todo; en un cambio de mentalidad, para que cada persona que vive con diabetes, o que desea evitarla, asuma una postura responsable, haciéndose dueño o dueña de su condición desde el empoderamiento, volviéndome capitán de mi barco y única persona capaz de gestionar mi condición de diabetes. Para ello funciona de forma óptima el acompañamiento de un profesional coherente, que también vive con la misma condición, y que pueda guiarnos en adquirir una educación preventiva, integral, y llevando los hábitos coherentes con nuestros genes, que realmente controle y disminuya factores de riesgo.
Las recomendaciones absurdas e incoherentes de la ADA.
La Asociación Americana de la Diabetes (ADA), institución que en un mundo coherente debería ser la que realmente velara por el bienestar de las personas con diabetes, actualmente recomienda por default que la persona con diabetes reduzca su consumo de grasas saturadas (en línea con la recomendación similar que se hace a toda la gente, de “comer menos grasas”), y que en cambio aumente su consumo de carbohidratos a diez o quince raciones diarias, supuestamente para “evitar hipoglucemias”. Este aberrante consejo es incoherente con nuestra genética, misma que para funcionar en bienestar necesita grasas reales, los carbohidratos en cambio son comestibles no esenciales y que en ningún momento necesitamos para vivir, ¡mucho menos si ya vivimos con diabetes!…
El mito de “evitar la grasa”.
La premisa falsa y dañina de que las grasas “son malas para la salud y tapan las arterias”, o de que “el colesterol hace daño”, forma parte de la misma cascada de mitos que han enfermado al mundo. Todo ello ha sido aprovechado al máximo por las transnacionales que venden “alimentos” procesados y las compañías farmacéuticas, que aprovechando dicha ignorancia nos venden productos adictivos, o fármacos dañinos. En cambio, lo realmente coherente con nuestra genética es una alimentación muy baja en carbohidratos y alta en grasas reales, y con mayor razón si se vive con diabetes (¡intolerancia a la glucosa!).
La medicación debería ser considerada un apoyo, y no el total del tratamiento.
El dogma, en sus intereses monetarios, prefiere tener a la gente medicada y ya; comprando cada vez más fármacos por estar cada vez más enfermos. En realidad, si bien la medicación es un apoyo valioso que debe saber gestionarse (e indudablemente necesaria en casos puntuales, por ejemplo quienes vivimos con diabetes tipo 1 y muchos de quienes viven con diabetes tipo 2, que necesitamos insulina exógena); el verdadero tratamiento es la educación y aprendizaje que comprendan no sólo el aprender a usar dicha medicación de manera óptima, sino también todos los múltiples factores que influyen en la salud: alimentación coherente, sueño, ejercicio, gestión del estrés, exposición al sol, suplementación, etc.
En conclusión, un tratamiento adecuado para la diabetes necesariamente pasará por la educación y el aprendizaje. Todo deberá empezar por cuestionar dogmas y mitos:
- Manteniendo la mente abierta a aprender.
- Cuestionando lo aprendido.
- Haciendo pruebas de ensayo y error con objetivos concretos: experimentar en mi propio cuerpo, qué es lo que me funciona a mí.
- Sincronizarme con el sol y la naturaleza, pues varios estudios demuestran que la falta de sincronicidad de los ritmos circadianos precipita la enfermedad y la resistencia a la insulina.
- Llevar el acompañamiento de un profesional coherente, que también vive la misma travesía, puede ser más seguro y óptimo para lograr mis objetivos en salud.
Mi experiencia y mis programas:
Soy Rosy Yáñez, soy Nutricionista con Doctorado, experta en Nutrición y Metabolismo, Diabetes, Alimentación Low-carb, medicación efectiva y ayuno intermitente.
Si quieres evitar o prevenir tener diabetes tipo 2, mejorar tu composición corporal tengas o no diabetes tipo 2, o si eres padre o madre de niños o adolescentes con diabetes o eres adulto con diabetes tipo 1 o tipo LADA y quieres seguir aprendiendo sobre el control adecuado de los niveles de glucosa en sangre, te invito a mirar más sobre mis programas de acompañamiento, aquí encontrarás mis mejores recursos. Mis programas iniciarán de nuevo el próximo 7 de febrero, ¡ya puedes apuntarte!…
Si tienes dudas, Contáctame AQUÍ por whatsapp para saber si yo te puedo ayudar: https://bit.ly/2HSj8iy
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