¿Cuándo comienza el autocuidado de la salud?: etapa materno-infantil - Diabetes Bien

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¿Cuándo comienza el autocuidado de la salud?: etapa materno-infantil

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Sabemos que la salud desde el nacimiento y durante la infancia, son fundamentales para la salud futura, pero ¿nos damos cuenta realmente qué tan importante es esto?… Incluso desde antes de que nazca el niño o niña – es decir durante el periodo de desarrollo embrionario y fetal –, ya están sentándose las bases y fundamentos de su futura salud y bienestar: el estado de la microbiota, el desarrollo neurológico, el contexto glucémico en que su cuerpo se encuentre la mayor parte del tiempo… así como también a nivel psicológico, el desarrollo de hábitos e ideas en el aprendizaje acerca de qué es comer, y en qué consiste un comestible “saludable” o uno “dañino”.

Existen varias etapas que son muy importantes metabólicamente hablando, en donde la programación de nuestra salud sucede de manera más fuerte y seria. Las llamamos “ventanas de programación metabólica”. Y como mencioné, empiezan a suceder desde incluso antes del nacimiento, durante el desarrollo intrauterino. La imagen a continuación nos deja ver cómo en cada etapa de la vida influyen diferentes factores para programar nuestra salud – principalmente en relación a la salud y correcto balance de nuestra microbiota intestinal; misma que como sabemos, guarda una estrechísima relación con la salud, con el estado metabólico y neurológico, además de ser el lugar en donde reside buena parte de nuestro sistema inmune. La primera infancia es parte fundamental de esta programación metabólica.


*Curso PROGRAMANDO LA SALUD. Actualización sobre Microbiota intestinal en el ámbito materno infantil. Mamanicole.com

Podemos ver que muchos factores influyen fuertemente en la salud de la microbiota; la imagen anterior nombra varios de los más importantes. Hablaré a continuación de cada uno de ellos:

Salud metabólica y hormonal de la madre, antes de y durante el embarazo.

El estado de salud metabólica en que se encuentre la madre, ¡incluso desde antes de quedarse embarazada!, tiene ya una influencia en cómo será el ambiente metabólico en que crecerá y se desarrollará el bebé. El estado de salud integral durante el embarazo “programará” a nuestro feto, estableciendo ya incluso desde antes de la concepción muchas bases importantes de la salud metabólica durante el embarazo y por consiguiente la salud metabólica del feto – esto puede tener consecuencias por ejemplo en la presencia o ausencia de trastornos autoinmunes (tanto en la madre como en el hijo), así como consecuencias en la posible aparición de condiciones genéticas o congénitas. Ni qué decir que la nutrición adecuada y coherente es fundamental, pero lo es incluso desde antes de quedarse embarazada – asegurando que el cuerpo de la madre cuente con una reserva adecuada de varios macro- y micronutrientes esenciales para tener un embarazo y parto saludables. En estos posts te cuento mi experiencia en el embarazo con la diabetes tipo 1.

La manera de nacer.

También la forma en que un niño viene al mundo – sea de forma vaginal o por cesárea, y con la ausencia o presencia de complicaciones al nacer – influye en su microbiota y la madurez que ésta alcanzará. Si el parto se desarrolla normalmente por vía vaginal, al pasar por el conducto vaginal el niño entrará en contacto con la microbiota de la madre en dicha zona, con lo que recibe cierta protección contra posibles infecciones (asumiendo que la madre tiene ella misma una microbiota sana), además de apoyar a que su propia microbiota (del niño) madure más pronto. También es óptimo que el bebé nazca a término – es decir, que no se trate de un bebé prematuro o que haya sido inducido demasiado pronto –, ya que esto también apoya a que su microbiota pueda seguir madurando antes de nacer, y a que se encuentre en mejor estado antes de que se corte el cordón umbilical y deba empezar a alimentarse por la boca, utilizando por primera vez su propio intestino y su propia microbiota intestinal. En este artículo te cuento mi experiencia con mi parto.

Alimentación temprana: lactancia materna.

También es sabido que la lactancia materna influye en el desarrollo óptimo y coherente de una microbiota sana – sin ignorar el hecho fundamental de que la propia madre debe encontrarse sana y llevando una nutrición coherente, adecuada, y con la suficiente presencia de macro- y micronutrientes. La lactancia materna es la manera más saludable y genéticamente coherente de alimentar a un bebé, incluso en casos en que la salud de la madre es “menos que óptima”, aunque claramente lo adecuado es que la madre también esté llevando una nutrición coherente, adecuada y suficiente.

La leche materna es una sustancia “viva”, que contiene no solamente los nutrientes necesarios en términos de grasas, proteínas, azúcares necesarios, etc., sino también anticuerpos de la madre e información genética, metabólica, etc. Las leches de fórmula – que si bien existen casos en que lamentablemente se vuelve necesario usarlas, porque la madre no pueda o no desee, o no cuente con el suficiente apoyo o el contexto adecuado para dar lactancia materna – siguen siendo un procesado industrial que no contiene todas estas características vivas de la leche materna, que va cambiando conforme el bebé va creciendo, según el momento del día e incluso según va progresando una misma toma de leche. Aquí puedes saber más sobre lactancia materna y diabetes.

El comienzo de la alimentación complementaria.

Otro factor que es menos conocido, pero que cada vez más comenzamos a estudiar en su importancia sobre la microbiota de los bebés, es el cómo se lleve a cabo la introducción de alimentos complementarios a la leche materna (o el proceso de “destete”) aun si se continúa dando lactancia durante meses o años. La microbiota del bebé toma tiempo en madurar y en estar lista para diferentes clases de alimentos. Sabemos que una introducción demasiado temprana de alimento sólido o semisólido (generalmente antes de los seis meses, aunque esto varía en cada bebé y algunos pueden tardar más tiempo en estar listos); trátese de papillas, “cereales para bebé”, frutas, o cualquier otro comestible para el que su sistema aun no esté preparado, puede tener consecuencias muy negativas en la salud intestinal del bebé, consecuencias que pueden ser tan graves como desencadenar una reacción alérgica que persista por el resto de su vida, o favorecer que se dispare un trastorno autoinmune – sin importar qué tan benigno o “hipoalergénico” creamos que es un alimento.

Se sabe de bebés que han tenido una fuerte reacción alérgica al introducir en su alimentación cosas como cereales de arroz – un ultraprocesado alto en azúcar y bajo en nutrientes que el bebé no necesita para nada (¡no necesitamos carbohidratos en general, ni los bebés ni nadie, y mucho menos necesitamos un carbohidrato refinado y ultraprocesado), pero que lamentablemente muchos ven como un “alimento” que es “benigno” para darle a los bebés, por ser supuestamente “fácil de digerir”, “un buen primer alimento complementario a la leche” e “hipoalergénico”. La realidad es que el arroz (y cualquier cereal) no solamente no es necesariamente ninguna de esas cosas, sino que además puede causar en algunos bebés una reacción alérgica o simplemente ir dañando su microbiota, introduciendo inflamación sistémica desde temprana edad.

Otros estudios demuestran, por ejemplo, que la introducción de gluten más tardía se asoció con un retraso en la aparición de enfermedad celiaca. Si bien lo ideal sería no introducir nunca alimentos incoherentes con nuestra genética como los cereales y carbohidratos refinados; la realidad es que el niño vivirá en un contexto donde éstos tampoco pueden ser evitados por completo; pero entre más pueda retrasarse la introducción de cualquier posible alergeno (gluten, trigo, etc), el sistema del bebé estará mejor preparado para “lidiar” con ellos.

Los ultraprocesados “para bebés” siguen siendo ultraprocesados, altos en azúcares y otras sustancias dañinas como pueden ser aceites de semillas, harinas refinadas, colorantes y saborizantes, etc., y generalmente pobres en nutrientes. Comestibles como “yogures para bebé”, cereales y galletas “para bebés”, papillas industriales procesadas; son un invento reciente, que surgen al mismo tiempo que todos los demás ultraprocesados que ahora inundan los mercados. Tradicionalmente, a los bebés se les comenzaba a dar alimentos complementarios que eran básicamente lo mismo que comía el resto de la familia, en pequeñas porciones que ellos pudieran coger y masticar y digerir – o bien se les preparaban purés caseros de verduras, frutas (que no son necesariamente tan recomendables) y otros alimentos.  Los bebés, igual que todo el mundo, necesitan comida real – empezando con la lactancia materna y luego haciendo poco a poco una transición hacia más comida real – y no una transición hacia chatarra dañina y genéticamente incoherente. Por ejemplo hay estudios que relacionan los cólicos infantiles con una inflamación sistémica de bajo grado, ¡desde tan temprana edad ya puede haber una inflamación importante!…

“Baby-led Weaning” (BLW): ¿qué es y por qué puede ayudar en la introducción de alimentos complementarios?…

Ahora comienza a ganar cada vez más aceptación el concepto del “Baby-Led Weaning” (BLW), del cual he escrito antes en este Blog. Significa que el bebé “dirige o conduce el destete”, y es un método o plan alimentario que se conoce como “alimentación autorregulada por el bebé” o “alimentación complementaria dirigida por el bebé”. Consiste en dar al niño preparaciones que forman parte del menú familiar con pequeñas adaptaciones, sin recurrir a los triturados o purés de la alimentación convencional. Esencialmente, que el niño poco a poco vaya haciendo la transición a introducir alimentos sólidos, guiado por su propio interés y capacidad para ingerirlos en pequeñas porciones. (Obviamente, está de más decir que al bebé se le dará a elegir entre opciones de alimentos que sean todos ellos saludables y coherentes; y no entre algunos alimentos que sean adecuados y otros que no).

Es importante tener en cuenta que el BLW no implica dejar la leche materna o la fórmula, ni mucho menos de manera súbita; sino que se van introduciendo los alimentos sólidos en la dieta del bebé de manera progresiva y auto-regulada por el niño. Incorporar una técnica de BLW en la alimentación de nuestro bebé, consistirá por lo tanto en ofrecer alimentos al niño, más que “dárselos”. Ofrecer implica que el adulto podrá, por ejemplo, sentar al bebé frente a la mesa, poniendo frente a él o ella varias opciones de alimentos saludables y frescos como por ejemplo, frutos secos, o verduras en forma de “palitos” (de zanahoria por ejemplo), ya que dicha forma facilita que el bebé la pueda coger con su mano y llevarla a su boca. Lo importante es que la comida no se le “da” en la boca convirtiendo al bebé en un agente pasivo de su propia alimentación, sino que él mismo, conforme va pudiendo, aprendiendo y demostrando interés, toma con sus manos los alimentos y los ingiere, siendo así un participante activo de su nutrición. Convirtiendo así al BLW en un proceso educativo y no sólo nutritivo, donde el niño descubre texturas y sabores, se interesa en la comida de los adultos, y participa activamente en la comida como un evento familiar.

El “baby led weaning” (BLW) ofrece los siguientes beneficios:

  • El bebé participa de las comidas familiares, lo que facilitará que pruebe una mayor diversidad de alimentos y más integración.
  • Es un método que enseña a través del ejemplo y por ello la familia deberá planificar alimentos saludables, así que siguiendo este método es probable que mejore la alimentación de toda la familia: ¡la coherencia es fundamental!…
  • Favorece las habilidades motoras y la autonomía del bebé.
  • Permite estimular más los sentidos del bebé al descubrir por él mismo, distintos sabores, texturas, colores y olores.
  • Fomenta la independencia temprana del bebé y se convierten en niños menos “quisquillosos” con la comida o niños malos comedores.
  • Los bebés determinan a la velocidad que comen, y por lo tanto disfrutan más de la comida, sin sufrir imposiciones o asociaciones negativas con la comida.
  • Al no obligarlos a comer o a terminar el plato, más adelante estarán dispuestos a probar nuevos alimentos, y el momento de comer se convierte en una situación agradable para el bebé.
  • Favorece la adquisición de buenos hábitos alimentarios que logran evitar el sobrepeso y/o obesidad en el corto y largo plazo. Lejos de ser una tarea mecánica a realizarse varias veces al día, el acto de comer se convierte entonces en un aprendizaje; donde el bebé no solamente descubre texturas, sabores y colores, sino además combinaciones de alimentos, aprende a distinguir y preferir alimentos coherentes y saludables, y aprende que la comida es también un importante evento social y un momento de convivencia familiar.
  • Al no utilizarse prácticamente “cereales para bebés”, “yogures infantiles”, “paitos”, etc. el bebé no consume azúcares añadidos o exceso de sal (ingredientes que también suelen incorporar las papilas industriales…) y que se deben evitar tanto en el primer año de vida como en los restantes.
  • Además del método, el “cómo” tiene gran importancia, el momento en el que lo hacemos y el “qué” ofrecemos a nuestros niños o bebes.  

El (ab)uso de antibióticos.

Existe lamentablemente un gran abuso de los antibióticos; en donde padres y madres se precipitan a dar antibióticos a los bebés ante el menor síntoma de cualquier enfermedad, resfriado, malestar estomacal o lo que sea – muchas veces de manera completamente innecesaria e ineficaz, ya no solamente porque el sistema inmune del niño muchas veces es capaz de combatir infecciones por sí mismo (y debe aprender a hacerlo), sino que también porque en ocasiones se les dan antibióticos para intentar “combatir” infecciones virales (causadas por virus), por lo que el antibiótico es rotundamente inservible ya que están diseñados para combatir bacterias y patógenos, no virus. Pero no solamente resulta inservible, sino que además al antibiótico “mata” o debilita profundamente toda la microbiota intestinal del niño, volviéndolo con el tiempo más propenso a infecciones, pues por un lado se debilita su propia microbiota, y por el otro lado las bacterias dañinas que puedan andar por ahí van volviéndose más resistentes a los propios antibióticos.

Si bien el abuso de antibióticos se ha vuelto menos común en los países donde sólo es posible conseguirlos con receta médica, su sobre-uso muy probablemente continúa siendo un problema significativo.


*Curso PROGRAMANDO LA SALUD. Actualización sobre Microbiota intestinal en el ámbito materno infantil. Mamanicole.com

Existe cada vez más evidencia de que nuestra microbiota intestinal no se recupera completamente al uso de antibióticos repetidos o es reemplazada por microorganismos persistentes.

Hábitos de higiene.

Está de más decir que los hábitos de higiene, de forma general, favorecen que los niños aprendan a tener costumbres saludables en cuanto a lavarse las manos, conservar limpios sus espacios, objetos y ropa, ir aprendiendo a limpiar su propio cuerpo, etc. Aunque también es valioso mencionar que no conviene abusar de jabones muy agresivos o demasiadas sustancias limpiadoras por todos lados, ni tampoco obsesionarse con que los espacios donde están los niños se encuentren siempre completamente sanitizados – pues también es saludable que los niños se expongan a la naturaleza, la tierra, jugar en exteriores, exponerse a la luz solar, estar en contacto con otros niños, y un cierto nivel de exposición a todas estas bacterias naturales; con lo que su sistema inmune va “practicando” y fortaleciéndose.

Alimentación coherente y adecuada: un aprendizaje continuo.

Más allá de la etapa de lactancia y del Baby-Led Weaning o cualquiera que sea el método elegido para introducir alimentación complementaria, es evidente que durante todas las etapas del crecimiento del niño, y el resto de su vida en general, si queremos proteger su salud y bienestar es importante llevar una alimentación coherente: con la cantidad adecuada de proteínas completas, grasas coherentes, vitaminas y minerales necesarios; así como favorecedora de la normoglucemia.

Y desde luego; el aprendizaje y educación continuos, que son necesarios en cada etapa y momento de la vida, para volvernos dueños de nuestra propia salud. Es importante animar al niño a que, desde su propia curiosidad, pregunte, explore y aprenda qué es la comida real; por qué ciertos alimentos son adecuados y coherentes mientras que otros no lo son, guiarlo para que escuche a su propio cuerpo (¿estoy satisfecho o aún tengo hambre? ¿es hambre o antojo? ¿cómo me siento después de comer tal o cual cosa, comparado con cómo me siento después de comer esto otro?). Conviene animarlo a que cuestione el hecho de que vivimos en un ambiente obesogénico – en donde recibirá de su alrededor muchos mensajes indicando que los azúcares y procesados dañinos supuestamente significan “fiesta, celebración, regalo, afecto”, etc. Ir guiando y acompañando su proceso aprendizaje, le enseñará a valorar el carácter óptimo de la comida real, y lo deliciosos que pueden ser los alimentos reales y coherentes que lo mantienen sano y lleno de energía.

Mi Recomendación:

Como te he contado en este artículo en todos los apartados hay una relación estrecha con la predispsición de resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y probable autoinmunidad por su relación con la programación metabólica de la microbiota.

Si eres una mujer o joven con diabetes tipo 1, diabetes tipo 2, prediabetes o resistencia a la insulina y planeas quedarte embarazada, te recomiendo normalizar tus niveles de glucemia ¡YA!, favorecer la nutrición integral y prepararte para la decisión de quedarte embarazada que es seria, y como te he contado en este artículo tiene un GRAN impacto metabólico en ti y en nuestros hij@s, si ya estás embarazada y tienes diabetes tipo 1, diabetes tipo 2, prediabetes o diabetes gestacional, puedes mejorar tu estado de salud integral y mejorar esta programación metabólica. Contáctame, ya que tengo un pack de consultas especializadas en el embarazo, pre- y post-embarazo.

Mi experiencia y mis programas:

Soy Rosy Yáñez, soy Nutricionista con Doctorado, experta en Nutrición y Metabolismo, Diabetes, Alimentación Low-carb, medicación efectiva y ayuno intermitente.

Si quieres evitar o prevenir tener diabetes tipo 2, mejorar tu composición corporal tengas o no diabetes tipo 2, o si eres padre o madre de niños o adolescentes con diabetes o eres adulto con diabetes tipo 1 o tipo LADA y quieres seguir aprendiendo sobre el control adecuado de los niveles de glucosa en sangre, te invito a mirar más sobre mis programas de acompañamientoaquí encontrarás mis mejores recursos.

Si tienes dudas, Contáctame AQUÍ por whatsapp para saber si yo te puedo ayudar: https://bit.ly/2HSj8iy

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