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¿Puedo dar lactancia natural si tengo diabetes?

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lactancia y diabetes
La lactancia materna es el primer alimento que conocemos, en muchos sentidos. No solamente porque al nacer, el bebé se alimenta exclusivamente de leche (y recordemos que las fórmulas fabricadas, que imitan o sustituyen a la leche humana, son un invento muy reciente); sino porque la alimentación por lactancia materna es más antigua incluso que la aparición de cualquier homínido: somos mamíferos, pero no los únicos mamíferos; y muchas otras especies de mamíferos existieron antes que cualquier humano parecido al moderno… Es tan fundamental la lactancia, o alimentación directamente del cuerpo de la madre, que se trata de la característica que define a un mamífero como tal.

Sobra entonces decir que se trata de la manera más natural y saludable de alimentar a cualquier bebé. En la antigüedad, cuando no había fórmulas para infantes, si la madre de un niño no estaba presente o no podía alimentarlo, se utilizaba la leche de otra mujer (una nodriza). Estudios de dientes fósiles pertenecientes a dos individuos de Australopithecus africanus, revelaron que las crías de estos homínidos extintos eran amamantadas con leche materna de manera exclusiva durante casi el primer año de vida y que en los años posteriores, seguían lactando a demanda cuando había escasez de alimentos. Hoy en día, la Organización Mundial de la Salud recomienda dar a los bebés lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida; a partir de los seis meses pueden introducirse otros alimentos, pero sigue siendo recomendable dar el pecho al niño durante al menos dos años. Hasta el año de edad, la leche materna seguirá siendo su alimento principal.
La lactancia materna no es solamente un asunto de nutrición, sino que también establece un vínculo emocional fundamental entre el niño y su madre. Expertos en psicología y crianza como Laura Gutman, han escrito y hablado extensamente sobre lo importante que son ésta y otras experiencias de maternaje; y cómo el ambiente emocional en el que se reciba al niño o niña, desde su nacimiento o incluso antes de él, influirán profundamente en toda su vida emocional, perdurando hasta la edad adulta.

¿Qué pasa si yo vivo con diabetes?

Si vives con diabetes, es totalmente recomendable y posible dar lactancia materna natural, por todos los beneficios ya de por sí y más si tienes diabetes, pensando en los riesgos agregados posibles en microbiota de tus hijos. Tengo veinticinco años viviendo con Diabetes Tipo 1 (DT1), y desde hace quince años logro niveles glucémicos normales, sin ninguna complicación diabética. Tuve un embarazo saludable, durante el cual seguí una alimentación baja en hidratos logrando niveles glucémicos normales. Mi hija nació por parto vaginal y sin ninguna complicación asociada a la hiperglucemia; también tuve con ella una lactancia materna exclusiva en sus primeros meses, y posteriormente lactancia a término hasta sus casi seis años
Dar pecho ha sido el más sorprendente acto de amor puro, instintivo y natural que he experimentado en mi vida, que cambia y evoluciona, mi hija y yo lo continuamos a término, a pesar de (o gracias a) a mi diabetes.
(En la foto, con mi joya hecha de mi propia de leche).
Aunque al inicio fue difícil establecer la lactancia con mi bebé por inseguridad y por falta de experiencia, gracias a tribus de madres, círculos de lactancia, y el apoyo de más gente cercana a mí, fue posible hacerlo con éxito y no solo eso, hacerlo de forma natural hasta casi los seis años de edad. La lactancia de mi hija finalizó cuando ella lo decidió.
En mi cuerpo, la dificultad que vi fue los primeros tres meses, en los que experimenté que mi cuerpo se adaptaba a este alto gasto energético en el que me fue difícil ajustar los niveles de glucosa en sangre con los objetivos glucémicos que yo quería tener (71-99 mg/dl) todo el tiempo, así que decidí quitarme la bomba de insulina, y subir mis objetivos glucémicos a 100 la mayor parte del tiempo para evitar hipoglucemias severas. Claro, que si no tienes el aprendizaje necesario y/o acompañamiento de un profesional con DT1 y normoglucemia, puedes sentirte insegura de continuar con esta elección con consciencia hasta que tú y tú bebé lo deseen. Aquí puedes resolver fácilmente cualquier incompatibilidad de lactancia que creas que puedas presentar.

La lactancia materna es positiva tanto para las mujeres con diabetes previa al embarazo, como para las madres que padecieron diabetes gestacional. En ambos casos, dar el pecho mejora la salud de las madres ya que amamantar a sus bebés mejora sus niveles de glucemia. A las madres que padecieron diabetes en el embarazo, la lactancia materna les protege frente al desarrollo de diabetes Tipo 2 en el futuro. La leche de las madres con diabetes es totalmente normal y adecuada para alimentar al bebé. Los primeros dos a cinco días de lactancia son importantes para resolver cualquier complicación, y establecer una buena lactancia.

¿”Lo mejor” o simplemente “lo normal”?

“Dar de mamar es despojarse de las mentiras que nos hemos contado toda la vida sobre quienes somos o quienes deberíamos ser. Es dejar aflorar nuestros rincones ancestralmente olvidados o negados, nuestros instintos animales que surgen sin imaginar que andaban en nuestro interior. Muy relacionadas con las mamíferas de otras especies en su total apego hacia la cría, descuidando al resto de la comunidad, pero milimétricamente atentas a las necesidades del recién nacido”. Gutman, Laura. “La lactancia salvaje”.
Aunque en años recientes ha habido esfuerzos por parte de gobiernos e instituciones especializadas en salud, para fomentar que más madres den a sus hijos lactancia materna (lo cual es loable), sus mensajes aún podrían mejorar. En muchas de ésas campañas se refieren a la lactancia materna como “lo mejor”; sin embargo, sería más exacto llamarle, sencillamente, “lo normal”. Ya que si la llamamos “lo mejor”, muchos podrían interpretar que entonces la alimentación por fórmula artificial es “lo suficientemente buena”, y que la lactancia materna es un estándar alto e inalcanzable. Más bien, debería hablarse de los múltiples riesgos de no dar lactancia materna.
La realidad es que la lactancia materna es (y siempre fue, históricamente) la manera más normal y natural de alimentar a un infante; se trata de una leche perfectamente ajustada a las necesidades nutricionales de un recién nacido humano (mientras que, por ejemplo, la leche de vaca está más ajustada a las necesidades de un becerro), y que además va cambiando en su composición conforme el niño crece, cubriendo en cada etapa sus necesidades específicas. No sólo eso sino que, ¡la composición de la leche cambia durante una misma toma!… ya que al principio, en cuanto el niño empieza a succionar del pezón, la leche es más ligera o “aguada” y con altos contenidos vitamínicos, mientras que al poco rato se vuelve más alta en grasa, lo cual ayuda a saciar al niño. No hay que interferir en esta regulación dando al bebé otros líquidos, ni agua (en realidad, durante los primeros meses él no necesita ningún otro líquido), que disminuirán su deseo de mamar y por lo tanto el estímulo para la producción de leche.
Es extraordinariamente raro que una mujer en verdad no pueda dar lactancia por razones fisiológicas. La inmensa mayoría de las mujeres pueden, y producen suficiente leche: lo que requieren es probablemente apoyo, emocional sobre todo. Nos han contado muchísimos mitos, acerca de que supuestamente una mujer no puede dar lactancia si sus pechos son pequeños, o si los pezones están invertidos, o lo que sea. Pero se trata precisamente, de eso: mitos. La especie humana no habría sobrevivido durante millones de años (y la mayoría de esos años, sin que existieran fórmulas ni biberones), si no fuera porque la enorme mayoría de las mujeres tienen pechos perfectamente capaces de producir leche que nutre plenamente a sus bebés. Es por ello que lo más importante es que el bebé mame con frecuencia y a demanda: ya que los pechos, inclusive los más pequeños o con el pezón de la forma que sea, producen leche como respuesta al acto de succión del niño. La producción de leche aumenta o disminuye en función del vaciado del pecho, y no de su forma o características físicas.
La leche materna es de fácil digestión y, es lo que el bebé necesita para esta etapa vulnerable de formación de la microbiota intestinal (defensas) del bebé, lo cual no se cubre con cualquier fórmula artificial. También está de más decir que las fórmulas artificiales contienen conservantes, aditivos y con frecuencia azúcares, que según diversos estudios podrían ocasionar que el niño, desde esa edad, crezca con peores hábitos alimenticios y con mayor riesgo a desarrollar, en la edad adulta, sobrepeso, diabetes tipo 1, celiaquía y otras enfermedades. Además, a corto plazo, los bebés alimentados con leche artificial son más propensos a infecciones y a trastornos en el desarrollo de su sistema digestivo e intestinal – que después de todo, está programado para tolerar la leche materna mejor que cualquier otra cosa.
Si vives con diabetes, no solamente es posible que des lactancia materna normal y a término: sino que también, será un acto que establecerá un apego emocional saludable con tu bebé y que va de acuerdo con una coherencia en un estilo de vida slaudable para tu bebé y para ti. Te recomiendo elegir con conscinecia, informarte, y rodearte de personas adecuadas para apoyarte en tu decisión, sea la que sea.

👩🏻‍💻 Soy Rosy Yáñez, Soy Nutricionista con Doctorado, experta en Nutrición y Metabolismo, Diabetes y Baby-Led Weaning.
Si quieres aprender más sobre diabetes, lactancia, alimentación Lowcarb junto con mi experiencia personal y profesional, te invito a que visites mi página: https://diabetesbien.com/invitacion-programa/

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